Estela Ojeda
eojeda@5dias.com.py
La liberación de los envíos de soja a Argentina no fue tan bien recibida por el segmento industrial del país, ya que podría poner en riesgo la provisión local de materia prima, según comunicó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
El gremio pronunció que esto no es un beneficio y que representa una amenaza para las industrias locales, ya que el país viene de una zafra reducida al 50%, donde se llegó a una producción que estuvo en torno a los 4 millones de toneladas. “Tenemos como objetivo promover la industria aceitera paraguaya, que actualmente se encuentra en un momento de fuerte expansión, esto significativamente lo consideramos como una amenaza”, expresó José Vargas Peña, presidente de la Cappro.
Los industriales manifestaron que unas 5 empresas invirtieron cerca de US$ 400 millones en el último año y algunas plantas podrían empezar a operar a finales de este año. “Con esta situación planteada en Argentina algunas de las empresas podrían revisar seriamente la conveniencia de continuar sus planes de inversión, tenemos empresas al borde del colapso por la falta de combate eficiente al contrabando. Los granos irían a Argentina para ser industrializados con ventajas brutales, y el aceite volvería al país en forma de contrabando. Esperamos poder consensuar medidas de incentivo y protección para la industria nacional”, manifestó José Vargas Peña.
Fernando Acosta, vicepresidente del gremio, indicó que esta situación generaría la pérdida de por lo menos 500 empleos directos, y 5.000 indirectos, de manera inmediata. Agregó que la mayor pérdida estaría dada por el daño a la economía nacional, teniendo en cuenta que el sector tiene una facturación de más de US$ 3.000 millones, sólo en el negocio de la soja.
Por otra parte, José Vargas Peña agregó que en un escenario de falta de materia prima o la pérdida de competitividad para la adquisición de la misma, podría desembocar en el paro de las industrias locales. Resaltó que las empresas asociadas al gremio representan más del 60% de los ingresos tributarios del país. Debido a la preocupación, piden públicamente al Gobierno una medida que equilibre la situación, a fin de evitar la fuga de materia prima para que el vecino genere valor dentro de su territorio en detrimento de la agroindustria paraguaya.
CONDICIONES
La resolución argentina que autoriza el ingreso de soja paraguaya establece
varias condiciones. Una de ellas es que la oleaginosa ingrese por admisión temporaria, siempre y cuando sea adquirida para producir biodiésel.
Argentina acompañó la mencionada resolución que afecta al país con otra medida interna en la que aumentan las retenciones al 35% al segmento del biodiésel y tiene como efecto que la industria argentina tenga un reintegro de 2,5%, logrando con ello una mayor competitividad ante los altos precios de la soja en el mercado internacional.
Además, cada empresa deberá acreditar que por cada tonelada importada de soja paraguaya, deberá comprar 5 toneladas de soja argentina; es decir, las importaciones de soja nacional sólo podrán hacerlas aquellas empresas que cuenten con una solvencia, ya que en caso de importar 1 millón de toneladas debe estar en condiciones de comprar 5 millones de la soja argentina, generándose un condicionamiento importante para el cierre de negocios con el vecino país.
Actualmente se procesa en el país un poco más del 20% de la producción nacional de soja, que en la última zafra, por problemas climáticos, alcanzó una producción total de 3.980 millones de toneladas.
eojeda@5dias.com.py
La liberación de los envíos de soja a Argentina no fue tan bien recibida por el segmento industrial del país, ya que podría poner en riesgo la provisión local de materia prima, según comunicó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
El gremio pronunció que esto no es un beneficio y que representa una amenaza para las industrias locales, ya que el país viene de una zafra reducida al 50%, donde se llegó a una producción que estuvo en torno a los 4 millones de toneladas. “Tenemos como objetivo promover la industria aceitera paraguaya, que actualmente se encuentra en un momento de fuerte expansión, esto significativamente lo consideramos como una amenaza”, expresó José Vargas Peña, presidente de la Cappro.
Los industriales manifestaron que unas 5 empresas invirtieron cerca de US$ 400 millones en el último año y algunas plantas podrían empezar a operar a finales de este año. “Con esta situación planteada en Argentina algunas de las empresas podrían revisar seriamente la conveniencia de continuar sus planes de inversión, tenemos empresas al borde del colapso por la falta de combate eficiente al contrabando. Los granos irían a Argentina para ser industrializados con ventajas brutales, y el aceite volvería al país en forma de contrabando. Esperamos poder consensuar medidas de incentivo y protección para la industria nacional”, manifestó José Vargas Peña.
Fernando Acosta, vicepresidente del gremio, indicó que esta situación generaría la pérdida de por lo menos 500 empleos directos, y 5.000 indirectos, de manera inmediata. Agregó que la mayor pérdida estaría dada por el daño a la economía nacional, teniendo en cuenta que el sector tiene una facturación de más de US$ 3.000 millones, sólo en el negocio de la soja.
Por otra parte, José Vargas Peña agregó que en un escenario de falta de materia prima o la pérdida de competitividad para la adquisición de la misma, podría desembocar en el paro de las industrias locales. Resaltó que las empresas asociadas al gremio representan más del 60% de los ingresos tributarios del país. Debido a la preocupación, piden públicamente al Gobierno una medida que equilibre la situación, a fin de evitar la fuga de materia prima para que el vecino genere valor dentro de su territorio en detrimento de la agroindustria paraguaya.
CONDICIONES
La resolución argentina que autoriza el ingreso de soja paraguaya establece
varias condiciones. Una de ellas es que la oleaginosa ingrese por admisión temporaria, siempre y cuando sea adquirida para producir biodiésel.
Argentina acompañó la mencionada resolución que afecta al país con otra medida interna en la que aumentan las retenciones al 35% al segmento del biodiésel y tiene como efecto que la industria argentina tenga un reintegro de 2,5%, logrando con ello una mayor competitividad ante los altos precios de la soja en el mercado internacional.
Además, cada empresa deberá acreditar que por cada tonelada importada de soja paraguaya, deberá comprar 5 toneladas de soja argentina; es decir, las importaciones de soja nacional sólo podrán hacerlas aquellas empresas que cuenten con una solvencia, ya que en caso de importar 1 millón de toneladas debe estar en condiciones de comprar 5 millones de la soja argentina, generándose un condicionamiento importante para el cierre de negocios con el vecino país.
Actualmente se procesa en el país un poco más del 20% de la producción nacional de soja, que en la última zafra, por problemas climáticos, alcanzó una producción total de 3.980 millones de toneladas.
Fuente: 5días
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