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Paralelo al ambicioso proyecto del
ferrocarril bioceánico tramo Paraguay, que camina sobre rieles en
sus estudios de factibilidad apuntando a iniciar sus operaciones
antes del 2020, se incuba otra visión de recuperación de nuestra
malla ferroviaria interna que de cumplir los procesos pertinentes, podría cambiar la historia de la
competitividad logística–económica del país en menos de un año.
Particularmente se trata de la
reconstrucción de Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa), una
propuesta de trazado con franja de dominio del Estado, de Asunción a
Encarnación; meritorio proyecto que devolvería autonomía,
agilidad, competitividad y desarrollo al quehacer logístico, sobre
todo en términos de cargas; conceptos sobre los cuales analizamos
esta posibilidad que sería inmediata como solución a los
problemas que se están volviendo tradicionales en el tránsito del
comercio exterior, señala el autor del plan, Juan Segalés, de la
dirección de planificación del Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones (MOPC).
“Este proyecto, de conseguir las
gestiones políticas adecuadas, será la solución para la próxima
sequía porque en un año puede estar operando”, asevera Segalés
al estimar las etapas de construcción.
EL PROYECTO
La implementación del Corredor
este–oeste en primera instancia significa la recuperación de 190
kilómetros de vías en desuso o terraplén a reparar, todo sobre
franja existente.
Este trabajo traerá consigo la generación de entre 3 a 6
grandes centros de transferencia de cargas, polos de desarrollo de
negocios. Por su parte, la red ferroviaria interna implica 120 a 160
kilómetros de futuras extensiones al este y otros 50/60 kilómetros
en el oeste hacia la zona Villeta y al sur de ésta, explica Segalés.
Permitirá también la extensión oeste (Pirayu a Villeta por Nueva
Italia) junto con el tramo hacia Ypacarai, Areguá, Luque.
La ruta ferroviaria Asunción–
Encarnación, además de multiplicar la conectividad conviviendo con
los diferentes modos de transporte, impondrá un atributo elemental
al sugerir una conexión directa con los puertos de Villeta;
prácticamente un puente al mundo por su unión con el Río Paraguay,
hidrovía principal del comercio exterior local.
La recuperación de los tramos
existentes para este innovador modo de transporte requeriría
inversiones de aproximadamente US$ 1,2 millones por kilómetro, según
la escala de los emprendimientos. Lo que multiplicado por los 190
kilómetros iniciales suponen US$ 228 millones.
“Sin embargo, el impacto permitirá
claramente operaciones económicamente bien favorables”, agrega
Segalés. Su utilidad primordial ayudará a descongestionar el
tránsito en la ruta 2 y 7, sirviendo de base para el 40% a 50% de
las cargas que hoy circulan por ambas carreteras, y una optimización
de al menos US$ 10 a US$ 12 por tonelada.
No hay punto de comparación que ponga
en duda la efectividad de la propuesta, afirma convencido Segalés.
“Esto tendrá una ventaja para todos los modos de transporte”,
asevera al mencionar que será ventajoso para el transporte terrestre
al permitirle más agilidad y menos congestionamiento, variables contrarias a la
competitividad, ya que duplican los costos.
Con este modo se podría hacer en un
viaje lo equivalente a 4 camiones, y se pueden hacer hasta 4 viajes
por día, añade Segalés al aclarar que esto complementará los
viajes terrestres, beneficiándolos a poder hacer una mayor cantidad
de servicios cortos, resguardando obstáculos, distancias, etc.
CIFRAS
1,2 Millones de dólares de inversión es lo estimado para la recuperación de los
tramos por Km.
50% De todo el tránsito de cargas y demás se podría canalizar por estas nuevas vías.
12 Dólares por tonelada se podría ahorrar con este nuevo modo de transporte.
Fuente : 5 días
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